jueves, 14 de agosto de 2014

Valence d'Agen - Montauban

Después de una noche tranquila y un desayuno muy merecido, cargamos las bicicletas en el coche y nos vamos a buscar el taller de reparación de bicicletas según las indicaciones que nos dieron el día anterior. Lo encontramos con facilidad y nos atiende un señor muy amable que pone cara de no tener los radios necesarios (me lo dice en francés, pero desgraciadamente no sé francés). Nos da a entender que tardará en recibirlos y como le ponemos cara de que no nos viene bien esperar hasta la tarde, nos dice que va a buscarlos en alguna otra bicicleta y nos propone volver a las 11:30. 

Antiguo lavadero público
Aprovechamos para hacer la compra en un Intermarché (por cierto ¿por qué las zonas frías están a temperaturas glaciales? Es exagerado y sucede en todos los hipermercados franceses sin excepción). Como nos sobra tiempo vamos a ver una de las curiosidades de la localidad: un antiguo lavadero público de forma oval. Tras la compra y la visita, volvemos al taller y encontramos la rueda perfectamente reparada. Pagamos y le agradecemos infinitamente al señor su diligencia y buen hacer.

Dejamos el coche en la estación de tren y con el retraso lógico empezamos la etapa. Desde luego ya no pillamos a los cuatro chavales con los que Esti mantenía una competición en secreto (solo lo sabía ella y nosotros). El día es similar a los anteriores, con una temperatura muy agradable. El canal sigue paralelo a la línea ferroviaria, a las carreteras locales y a la autovía A62.

Catedral de Moissac
A eso de las 13:00 llegamos a Moissac. Como venimos comprobando, a esas horas todos los pueblos franceses cierran. Afortunadamente, en el centro hay algo de vida. La iglesia es curiosa y vale la pena visitarla, tanto por la colorida decoración interior como por su exterior, en especial el pórtico de la entrada y su pantocrátor. A la salida de Moissac volvemos a cruzar un puente canal de grandes dimensiones, el que salva otro gran río: el Tarn. Poco después llegamos a Castelsarrasin, tranquilo pueblecito (otro más) donde nos avituallamos en una tiendecilla y aprovechamos para comer tranquilamente en el puerto.

Después de comer, volvemos a los pedales. Llegamos a Montech, donde podemos ver un amplio canal secundario, utilizado para la reparación de los barcos. Es en este punto donde abandonamos (hasta mañana) el Canal Lateral del Garona y nos desviamos hacia Montauban, pero seguimos paralelos a otro canal navegable. Eso sí, los primeros cinco kilómetros de pista asfaltada se acaban y dan paso a otros cinco de pista con grava.

Edificio de ladrillo en Montauban
Montauban es otra localidad qué merece la pena visitar. Antes de ir a tomar el tren para volver a por el coche nos damos un paseo. Seguramente es una ciudad que tuvo (o quizá tiene) cerámicas. Y es que aparte de verse las chimeneas clásicas de este tipo de material, la mayoría de edificios relevantes son de ladrillo, lo que da a la ciudad un aspecto curioso. Excepto la catedral, que no es de ladrillo ni tiene el menor atractivo.

El tren tiene 20 minutos de retraso, pero la información que muestran los paneles y la aplicación que vengo utilizando es perfecta, de modo que el tren llega puntualmente retrasado y todo sigue la rutina diaria: vuelta por la A62, carga de las bicicletas y al hotel a descansar.

Hoy han sido 63 kilómetros de etapa, según el técnico encargado de las mediciones.

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