viernes, 15 de agosto de 2014

Montauban - Tolosa

Por un carril-bici en Montauban
La etapa de hoy comienza, cómo no, en la estación de tren de Montauban. Es fiesta, así que no tenemos problema para encontrar aparcamiento. Basta con deshacer el camino del día anterior para encontrarnos de nuevo en el Canal Lateral del Garona. Montauban parece también una ciudad con respeto hacia la bicicleta. Como en Burdeos, es un lujo tener un carril bici y no andar peleando entre los coches. Lo único verdaderamente cutre es el túnel, de 1,5 metros de altura y suelo encharcado, que tenemos que coger para cruzar las vías de tren. Y señalizado qué está, es el camino a seguir, sin duda: desconcertante.

Esclusa nº 3 de Fenouillet
Tras los 10 ó 12 kilómetros de canal desde Montauban llegamos de nuevo al Canal Lateral del Garona y enfilamos definitivamente hacia Toulouse (en español -y en occitano- lo correcto es llamarla Tolosa). Seguimos atravesando esclusas y puentes, pero los pueblecitos quedan en su mayoría algo alejados del canal. No hay cambios relevantes hasta que estamos a unos 10 kilómetros de Toulouse. Es entonces cuando el paisaje empieza a ser mucho más urbano: vías de tren, campas de empresas, naves industriales, etcétera.


Puerto de L'Embouchure
Desaparece incluso la señalización del canal. No parece muy necesaria cuando se trata tan sólo de seguir el curso del agua, pero el hecho es que llegamos a un punto en que no sabemos por dónde tirar. Ni un lado ni el otro parecen opciones válidas. Pero no debe ser raro ver a la gente dudando, y nos lo confirma una niña, que directamente nos indica que tenemos que dar un pequeño rodeo. Y así, poco después llegamos al puerto de l'Embouchure y los puentes Jumeaux (puentes gemelos), lugar dónde coinciden el Canal Lateral del Garona, el Canal de Midi y el Canal de Brienne. Este último mide 1,6 kilómetros y se hizo para enlazar el Canal de Midi con el río Garona.

Desde este punto basta con seguir unos tres kilómetros el Canal de Midi para llegar a la estación de tren de Toulouse, Matabiau, ya que el canal pasa por delante. La estación es preciosa, pero la entrada está plagada de individuos de mala catadura. Mientras esperamos el tren, vuelve a llover un poco. Hora y pico después ya estoy de vuelta y nos vamos al apartamento que hemos reservado para pasar un día descanso completo visitando Toulouse. De camino se hace evidente que también esta ciudad está preparada para desplazarse en bicicleta. Qué envidia.

La etapa de hoy ha tenido una longitud de 60 kilómetros.

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